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La historia de Rotary

James Davidson: “El Marco Polo de Rotary”

El experimentado e intrépido viajero James Wheeler Davidson desempeñó un papel esencial para extender Rotary hacia otros países en sus primeros años, habiendo recorrido tierras distantes y propiciado la formación de 23 clubes en 12 países, desde Grecia a Tailandia.

James y Lillian Davidson en Grecia.

La imagen de la izquierda es del año 1928 y muestra el itinerario propuesto por Davidson, el cual fue enviado junto con un mapa que señalaba la ruta a seguir. A la derecha vemos la carta de Davidson al secretario general de Rotary Chesley Perry, del 22 de octubre de 1929. Comienza así: “Al fin nos encontramos en Singapur, en un dormitorio y sala grandes y cómodos. Como de costumbre, la Sra. Davidson no para de llenar páginas en su máquina de escribir y desde temprano por la mañana me estoy dedicando a prepararte el informe sobre los Estados Federados Malayos”.

Davidson, quien de joven había participado en la segunda expedición de Robert Peary, el explorador del Ártico, hacia Groenlandia, se trasladó a Nueva Zelanda y Australia en 1921, en su primer viaje rotario. Entre 1928 y 1931 realizó otro viaje mucho más prolongado a través de Asia y el Lejano Oriente, lo cual explica por qué Paul Harris. el fundador de Rotary, se refería a Davidson como “El Marco Polo de Rotary”.

Davidson nació en junio de 1872 en Austin, Minnesota (EE.UU.) y se formó en la Academia Militar Northwestern. Tras la expedición de Peary, fue corresponsal en la guerra sino-japonesa de 1894-1895, tras la cual, trabajó para el servicio diplomático de EE. UU. en Formosa (la actual Taiwán) durante varios años, hasta que fue transferido a Manchuria y, posteriormente, a Shanghai. 

En su viaje de retorno a Estados Unidos en 1905, Davidson conoció a Lillian Dow y, transcurrido un año de noviazgo, se casaron y establecieron en Winnipeg, Manitoba (Canadá). Un año después se mudaron a Calgary, Alberta, en el mismo país, donde Davidson se afilió a Rotary en 1914. 

Antes  de su viaje a Asia, la organización nombró a Davidson comisionado general honorario con la misión de introducir Rotary en diversos países y propiciar la formación de nuevos clubes. En marzo de 1928, Davidson presentó sus planes junto con un mapa del itinerario propuesto. 

Aunque inicialmente pensaba partir de Calgary hacia Japón, a fines de agosto, Davidson se dirigió a Montreal y luego a Asia a través de Europa, acompañado por su esposa, Lillian, y su hija adolescente, Marjory. Esta expedición se prolongó durante dos años y medio. El 12 de marzo de 1931, Davidson y su familia regresaron desde Yokohama, Kanagawa (Japón) y su aventura concluyó al llegar a Vancouver, Columbia Británica (Canadá), el 21 de dicho mes. 

En Birmania (la actual Myanmar), Davidson encontró algunos clubes que ya estaban establecidos, incluido el club ubicado en Thayetmyo. Esta fotografía muestra a Davidson con los socios del club al que reorganizó formalmente el 3 de septiembre de 1929. El 30 de septiembre, se convirtió en el primer club constituido en Birmania. A fines de la década de 1970, todos los clubes rotarios del país habían cerrado. Rotary fue reintroducido cuando el club actual en Yangon se fundó en mayo de 2014.

Durante  el viaje, Davidson redactó extensos informes y los remitió a la sede de Rotary en Chicago. En uno de ellos, escrito cuando se dirigía a Birmania (la actual Myanmar), Davidson reflexionaba así: “Anoche tracé otro itinerario y me da risa porque ni yo mismo me lo creo. Lo único que significan mis itinerarios es mostrar que estoy avanzando en alguna dirección…  Y pensar que al principio creía que este viaje iba a durar solo seis meses”.

En la Convención de 1932, Lillian Davidson deleitó a la concurrencia con su relato del viaje (Jim estaba enfermo), tarea para la cual estaba más que preparada, como autora de sus propias crónicas publicadas en The Rotarian y en el libro Making New Friends for Rotary: From Near to Far East. (1934).  

“La lección que aprendimos en nuestro trato con turcos, egipcios, árabes, persas, indios musulmanes, hindúes, birmanos, javaneses, malayos, siameses, chinos, japoneses y europeos residentes en el Oriente –mi esposo y yo hicimos un total de 2200 visitas– es que cada nacionalidad tiene virtudes que otras no tienen. Ninguna nación posee el monopolio de lo que es bueno y recomendable”. 

En la Convención de 1934, Allen D. Albert, presidente de Rotary en 1915-1916 rindió homenaje a Davidson, quien había muerto el año anterior. “Hoy recordamos a un hombre que dedicó los mejores años de su vida a Rotary, y a través de Rotary, a la humanidad, un rotario que se consideraba uno más entre tantos que aportan todo lo que pueden a nuestra causa”.