Para abordar una crisis de salud materna, socios de Rotary ayudan a parteras a desarrollar habilidades de liderazgo y redes profesionales
Unas 830 mujeres y 7000 recién nacidos, principalmente en países de renta baja y media, mueren cada día por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. En su mayoría, estas muertes son prevenibles. Las parteras son clave para prevenirlas, por lo que una iniciativa organizada por socios de Rotary apoya la esencial labor de las parteras en Papúa Nueva Guinea y Australia.
Según la Organización Mundial de la Salud, aumentar el número de parteras en todo el mundo en solo un 10 % podría salvar hasta 1,3 millones de vidas al año. Los clubes rotarios trabajan para ayudar a satisfacer esa necesidad, en parte a través de iniciativas de promoción y capacitación en liderazgo. En colaboración con el Colegio Australiano de Parteras y la Sociedad de Parteras de Papúa Nueva Guinea, lanzaron el Proyecto de Liderazgo de Parteras de Papúa Nueva Guinea. Con su último taller recién concluido en abril, el proyecto ha ayudado a desarrollar las capacidades de 52 parteras de Papúa Nueva Guinea y 31 de Australia.

Julie Kep (derecha), partera y facilitadora del Proyecto de Liderazgo de Parteras de Papúa Nueva Guinea, habla con Torea Tore en el Hospital General de Port Moresby durante un taller del proyecto. Las parteras hacen mucho más que asistir partos. En algunos lugares, facilitan hasta el 90 % de los servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente.

Simon James Kopalua, partero en una remota región de Papúa Nueva Guinea, participa en la quinta promoción del Proyecto de Liderazgo de Parteras de Papúa Nueva Guinea. En el transcurso de una visita a las instalaciones médicas de Port Moresby, las parteras encuentran inspiración para sus proyectos comunitarios. En entornos clínicos, documentar los procedimientos mediante carteles como estos puede salvar vidas.
El programa se basa en la colaboración. Parteras australianas se emparejan con parteras de Papúa Nueva Guinea en talleres de cinco días. El proceso culmina con un proyecto comunitario de salud de un año de duración diseñado y dirigido por las parteras de Papúa Nueva Guinea, con el apoyo continuo de sus homólogas australianas.
Judith Brown, organizadora del proyecto, partera jubilada y expresidenta del Club Rotario de Morialta (Australia Meridional), afirma que el intercambio entre las parteras es recíproco y da prioridad al aprendizaje mutuo. Esta colaboración hace posible que las parteras aprendan sobre otras culturas y desarrollen sus habilidades profesionales, afirma Brown, pero el enfoque principal es «tratar de ayudar a las mujeres a tener voz en ambos países».

Judith Brown (izquierda), organizadora de talleres y socia del Club Rotario de Morialta (Australia Meridional), conversa con Mary Sitaing, partera y presidenta de la Sociedad de Parteras de Papúa Nueva Guinea. Ellas trabajan juntas desde hace seis años para facilitar los talleres.

Helen Hall dirige una sesión del Proyecto de Liderazgo de Parteras de Papúa Nueva Guinea. Se afilió al Club Rotario de Rosebud-Rye, Victoria (Australia), después de participar en el proyecto a través del Colegio Australiano de Parteras. Los rotarios son, dice, «personas con las que quiero pasar tiempo... ellos buscan a nivel local, nacional y mundial lo que pueden hacer y cómo aportar sus habilidades».
La contribución entre ambos grupos ha tenido efectos duraderos, desde proporcionar equipos esenciales hasta abordar problemas como el embarazo en la adolescencia. Pero en el corazón del programa se encuentran las conexiones duraderas entre las parteras que comparten conocimientos especializados, un sentido de comunidad global y el compromiso de salvar vidas.
Obtén más información sobre la dedicación de Rotary a mejorar la salud materno-infantil.
— Julio de 2025
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