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Al servicio de nuestras comunidades

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Después de la tormenta

Durante casi 24 horas, el huracán Maria arrasó Puerto Rico. Con vientos de 250 kilómetros por hora y lluvias torrenciales, fue el peor huracán que afectó a la isla en más de 80 años.  

Gran parte de Puerto Rico fue destruido. La gente se quedó sin electricidad, agua, atención médico-sanitaria, gasolina y comida. Pero contaban con Rotary. 

En la localidad pesquera de El Maní, el Club Rotario de Mayagüez ofreció apoyo económico para ayudar a los residentes a reconstruir sus viviendas. El club concertó acuerdos con los líderes de la comunidad para buscar a personas que necesitaban asistencia desesperadamente pero no reunían los requisitos para recibir ayuda de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). Durante un año, el club ayudó a 22 familias a reemplazar los techos y efectuar otras reparaciones en sus viviendas. Asimismo, los clubes de Estados Unidos remitieron aproximadamente USD 50 000 directamente al club de Mayagüez para apoyar su esfuerzo.

Al otro lado de la isla, el Club Rotario de San Juan hizo entrega de alimentos, agua y 300 000 bolsitas de alimentos infantiles. En Loíza, el club distribuyó colchones para reemplazar a los que habían quedado inservibles a causa del agua de lluvia estancada. 

Faustino A. Rivera-Rivera (izquierda), socio del Club Rotario de Mayaguez (Puerto Rico), conversa con Eladio Montalvo, quien está reconstruyendo su vivienda con materiales donados por el club.

La esencia de Rotary es transformar la vida de otras personas, y al actuar de esa manera nos transformamos nosotros también


Club Rotario de Mayagüez (Puerto Rico)

Los socios del club también proporcionaron un desahogo emocional a los jóvenes del medio local, mediante el establecimiento de grupos de teatro. Como no tenían clases y no había luz, los adolescentes se sumaron masivamente a la iniciativa. Una subvención global posibilitó la ampliación del proyecto. Los fondos para la subvención fueron aportados por el exsocio del club de San Juan, Robert Murray y su esposa, Edit, quienes donaron USD 1 millón a La Fundación Rotaria, específicamente destinados a las tareas de recuperación en Puerto Rico. En la actualidad, Murray es socio del Club Rotario de Scottsdale, Arizona, donde sigue plenamente dedicado a la respuesta ante casos de desastre. 

En Rubias, un pueblecito tan remoto que ni siquiera cuenta con los servicios de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Rico, las familias construyeron un sistema rudimentario de tuberías para transportar el agua de un riachuelo cercano. El Club Rotario de Yauco se coaligó con la organización Wate is Life para instalar un sistema solar de filtrado de agua SunSpring en Rubias y otras dos localidades.

En 2019, La Fundación Rotaria introdujo un nuevo fondo y tipo de subvención de respuesta ante desastres, para complementar la estrategia de Rotary a tales efectos. Las Subvenciones de respuesta ante catástrofes se destinan a apoyar las tareas de socorro y recuperación en las áreas afectadas por desastres naturales. Estas subvenciones se financian mediante las contribuciones al Fondo de Respuesta ante Catástrofes.


Una razón para sonreir

En Chile nacen 600 niños cada año con labio y paladar hendido. Aunque el gobierno estableció ocho centros de tratamiento, la larga lista de espera significa que aguardar el turno para las operaciones de cirugía correctiva suele llevar varios años. 

Los socios de Rotary intervinieron para corregir esa deficiencia. 

Desde 2004, Ricardo Román, socio del Club Rotario de Reñaca, Valparaíso, ha prestado servicio en calidad de coordinador nacional de un programa que ha ayudado a miles de niños chilenos con labio hendido, paladar hendido y otros defectos de nacimiento. Los rotarios, rotaractianos y médicos de la nación trasandina se unieron a los rotarios y al personal médico de Estados Unidos, a fin de ofrecer operaciones de cirugía reconstructiva que representan un cambio decisivo en la vida de los jóvenes pacientes.

El apoyo proviene de distintas fuentes. Una mina de cobre cercana ofrece asistencia económica al programa y los rotarios de la localidad coordinan y financian las comidas, el alojamiento y el transporte de los equipos de médicos dentro del país. Los médicos visitantes solventan sus gastos de transporte aéreo, y los rotaractianos y rotarios ofrecen servicios de traducción e interpretación. 

Un sábado de mañana, más de 250 pacientes potenciales formaban fila en la puerta del Hospital Ernesto Torres Galdames, en Iquique. Un equipo de cirujanos, anestesiólogos y enfermeras prepararon cuatro quirófanos, uno para labio o paladar hendido, otro para reconstrucción de orejas, uno para reconstrucción de mamas, y uno para otro tipo de operaciones. El equipó operó a 82 pacientes, seleccionados según sus necesidades y complejidad del problema. En muchos casos, la reconstrucción completa puede requerir varias operaciones, y algunos pacientes necesitan regresar varios años seguidos para concluir sus respectivos procedimientos.

Actualmente, gracias a la ayuda de los rotarios de distintas partes del mundo, miles de niños chilenos disfrutan de una mejor y más sana.


El valor de la evaluación de las necesidades de la comunidad

Cuando el Club Rotario de Kololo-Kampala (Uganda) y su copatrocinador internacional de una subvención global, el Distrito 9980 (Nueva Zelanda), emprendieron un proyecto de adopción de una aldea para impulsar el desarrollo económico de la comunidad de Lugo, el primer paso que dieron fue conversar sobre el proyecto con los líderes locales.

Los rotarios se reunieron con maestros, funcionarios, los ancianos de la tribu, administradores del sector salud, adultos jóvenes, líderes religiosos y otras figuras clave, a efectos de realizar una evaluación de las necesidades de la comunidad, lo cual posibilitó que el equipo se enterase de las necesidades más acuciantes de la aldea. 

Las evaluaciones de las necesidades de la comunidad tienen en cuenta la perspectiva de los distintos residentes del área, quienes conocen directamente las necesidades locales, los recursos, conocimientos y experiencia disponibles en el medio local, y saben quiénes pueden colaborar con los clubes rotarios para garantizar el apoyo al proyecto a largo plazo por parte de la comunidad. Muchos proyectos de adopción de una aldea no serían sostenibles sin tales evaluaciones. 

La evaluación de Lugo identificó las necesidades de desarrollo económico, educación, atención médico-sanitaria y agua y saneamiento. Para ayudar a abordar estas áreas, el proyecto proporcionó vacas, máquinas de coser, libros y pupitres escolares, estableció un equipo de salud en la aldea, e instaló un pozo artesiano y un sistema de captación de agua de lluvia para el abastecimiento de agua salubre.