Skip to main content

Dinétah – la tierra entre montañas

Por

Mi abuelo Victorio Martínez solía hablar de la tierra entre Pico la Blanca o “La montaña de cuentas blancas” en Fort Garland (Colorado), Monte Taylor o “La montaña turquesa” en Grants (Nuevo México), la Sierra de San Francisco o “la Montaña de la Concha de Abulón” en Flagstaff (Arizona) y las Montañas La Pilates o “Las Montañas de Jade Negro” en Durango (Colorado). Se refería a esta tierra entre montañas como “Dinétah”, la tierra natal de los Diné, también llamada la Nación Navajo.

Nota del editor: Samuel Harrison es trabajador social y fue presidente de la Sección Nageezi de la Nación Navajo. El Club Rotario de Durango Daybreak ha trabajado con los navajos para instalar kits de energía solar para las personas que no tenían acceso a la electricidad. 

Me dijo que la mayoría de todos los eventos que originaron el estilo de vida de los Diné ocurrieron aquí entre estas montañas sagradas: las historias del coyote, el viaje de los Gemelos al sol, el hallazgo de la pequeña niña en Gobernador Butte, la primera ceremonia de pubertad para ella, la primera ceremonia de curación del guerrero para el Asesino de Monstruos. Se dice que son historias de hace mucho tiempo, no historias de “érase una vez”.

Estoy convencido de que él amaba esta tierra y su estilo de vida. Era cazador y a su padre (mi bisabuelo) lo llamaban “el Cazador”, y su madre era la “Reunificadora de las guerreras”. También hablaba de eventos más recientes como la época justo antes de la larga marcha y las nuevas formas de vida después de este acontecimiento: el descubrimiento del petróleo, gas, carbón, uranio, cobre, plata y otros minerales. Su modo de vida sufrió un impacto negativo y al llegar a esta parte del relato, brotaron lágrimas de sus ojos. Solía decir “Todo giraba en torno a la Montaña Huérfano” (Dzilth-Na-O-Dith-Hle).

Victorio Martínez (“Bidoltoh”) murió en 1954 a la avanzada edad de 98 años. Extraño todas sus historias. Lamento no recordar todo lo que me relató.

La Oficina Oriental de Navajo (“Eastern Navajo Agency”) es Dinétah, y el Cañón Chaco se encuentra justo en su centro. La tierra está organizada en forma de tablero de ajedrez: terrenos estatales, terrenos administrativos, terrenos forestales, terrenos privados y adjudicaciones mayoritarias de 6 474,97 metros cuadrados que comparten muchas familias. Existe aislamiento y carencia de electricidad, caminos pavimentados, agua, transporte y otros recursos tales como fuentes de empleo, tiendas de alimentos y otros servicios básicos. 

Las distintas secciones navajo hacen todo lo posible para ayudar a su gente, pero siempre hay escasez de fondos y otros recursos. La comunicación solía ser un problema, pero ahora con todos los teléfonos celulares y computadoras que la gente utiliza, ya no es un problema. Un pastor en el campo con sus ovejas y cabras puede ahora comunicarse, aunque puede perder algunos animales si presta demasiada atención a Facebook y los mensajes de texto. Ya nadie utiliza los teléfonos fijos excepto las empresas, oficinas de gobierno, etc.

En general, aunque el estilo de vida ha cambiado, la vida continúa y el “nuevo estilo de vida” ofrece muchas ventajas. Las fuentes de energía limpia tales como las unidades de energía solar, la energía eólica, la energía hidroeléctrica, la biomasa e incluso el gas natural y la energía nuclear son fuentes que se utilizan en otras partes, [pero] no demasiado en las Naciones Indígenas.  

Así que aquí, en Dinétah, la instalación de las unidades solares para las familias necesitadas es una verdadera bendición.

 

El poder de la luz

Algunos navajo carecen de acceso a la electricidad. Un simple kit de energía solar instalado por lor rotarios basta para solucionar este problema.