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Becaria de Rotary combina los negocios con el medioambiente

Anja Nikolova, hija de un diplomático macedonio, creció en Londres, Nueva York y Venecia. Esta infancia como trotamundos no solo le ofreció el don de los idiomas (ella habla cinco), sino que también despertó en ella una pasión por los asuntos internacionales concernientes al medioambiente. Gracias a la ayuda de Subvenciones Globales financiadas por distritos rotarios de Texas, Oklahoma y Connecticut, Anja estudia para obtener su maestría en gestión medioambiental en la Facultad de Silvicultura y Ecología de la Universidad de Yale. Ella realizó una pasantía en Carbon Pricing Leadership Coalition, iniciativa que busca agilizar las acciones que abordan el cambio climático, y asistió en calidad de integrante de la delegación macedonia a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se llevó a cabo en Paris en 2015.

Anja Nikolova es becaria de Rotary International.

Q: ¿Cómo nació tu interés por los asuntos medioambientales?

A: Mi interés nació cuando mi familia y yo vivíamos en Venecia. Allí sufríamos inundaciones constantemente, y debido a ellas todo se cancelaba. Al salir de casa entrabas a un lago. Recuerdo que yo pensaba, “Si esto sucede en una ciudad tan pudiente, no me puedo imaginar lo que sucede en otras partes del mundo donde no son tan afortunados como nosotros”.

Q: ¿Qué motivos te llevaron a estudiar en Yale? y ¿qué esperas lograr allí?

A: Realicé una pasantía en Earthmind, organización que cuenta con el respaldo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una ONG medioambiental suiza. Es allí cuando mi interés por los asuntos medioambientales internacionales comenzó a crecer. Dado que el medioambiente está tan entrelazado con otras áreas, sentí la necesidad de obtener un título que abordara un campo muy amplio y es por eso que decidí postular a Yale.

Estoy interesada en vincular el medioambiente y la economía para entender la factibilidad de ciertos proyectos medioambientales. A fin de cuentas, si a lo que se aspira no tiene sentido desde el punto de vista comercial, probablemente no funcionará. Y este hecho debe entenderse más como una oportunidad que como una amenaza.  

Q: Háblanos sobre tu trabajo en Ghana.

A: Cuando trabajé en la UICN, uno de sus proyectos era el proyecto comunitario agrícola y silvícola en el Parque Nacional Mole. La visión consistía en empoderar a los lugareños de los confines del parque mediante la enseñanza del cultivo de los productos que se encuentran en el parque para luego venderlos. Sin embargo, ellos no contaban con apoyo técnico para vender estos productos a una escala que fuese lucrativa. Puse en contacto a algunos rotarios con este proyecto y juntos hemos logrado recaudar más de US$ 100.000 que han ido en beneficio del mismo. Asimismo, los rotarios de Ghana están muy involucrados. 

Q: Ahora que vives en Estados Unidos, ¿Tienes la oportunidad de hablar otros idiomas además de inglés?

A: Tal vez hablo en tres o cuatro idiomas diariamente. Con mis padres hablo macedonio. Con mi hermana hablo italiano. Con mis amigos, depende. No soy ninguna genio, pero tuve la fortuna de haber vivido en distintos países durante mi niñez y por lo tanto haber aprendido diversos idiomas.

De hecho esto me ha motivado a ser la cofundadora del programa gratuito Tandem Language Café en Yale, donde emparejamos a hablantes nativos de dos idiomas distintos quienes quisieran aprender el idioma de la otra persona. Estas personas se reúnen una vez a la semana durante ocho semanas. Este año hemos tenido más de 400 postulantes. Si tuviera tiempo este semestre me encantaría participar, pero estoy muy abrumada con todo lo que tengo para hacer. De lo contrario, me gustaría aprender mandarín.  

Por Anne Ford

 

A fin de cuentas, si a lo que se aspira no tiene sentido desde el punto de vista comercial, probablemente no funcionará. Y este hecho debe entenderse más como una oportunidad que como una amenaza. 


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